martes, 20 de noviembre de 2007

Conmigo ya no cuenten...

Si las bolas de cristal se hubieran comercializado a nivel general, es decir, que cada ciudadano del mundo pudiera tener el don de ver el futuro, creanme, los toros, como los conocemos hubieran desaparecido hace mucho tiempo.

Lo anterior viene a cuento después del enorme festejo de pueblo que fue la corrida de expectación (y decepción) en la que alternaron César Rincón, José Tomás, Fernando Ochoa y Omar Villaseñor en la Plaza de Toros Nuevo Progreso.

Cuando me enteré que dicha corrida iba a presentarse en Guadalajara, ni tardo ni perezoso decidí no esperar para comprar mi boleto para ir a ver a Soda Stereo, ya que en este tiempo no es cosa fácil acudir en una misma semana a dos espectáculos diferentes (sobre todo si estás pagando casa y auto).

Sí, lo sé, fui a ver a Soda Stereo, pero se lo debo a mi hermana, no tanto a que yo haya comprado boleto para el concierto y para los toros.

Afortunadamente pude ir al concierto, pero creanme, si no hubiera ido, en este momento todavía traería un empacho ocasionado por el coraje de haber acudido a la Nuevo Progreso.

Mi tesis de la bola de cristal se refiere a que si toda la gente que fue hubiera visto el juego delos toros, que parecían novillos, no hubieran desperdiciado su dinero en algo que la verdad no valió la pena.

Lo malo de esto es que lo del domingo se anunciaba como la resurrección de la Fiesta Brava en Guadalajara. Y no era para menos. Una semana antes se dio un corridón en el que se cortó un rabo, buena razón para repetir asistencia a la plaza. También se anunciaba un cartel que en el papel es bueno. César Rincón es un extraordinario matador de toros colombiano, quien además tiene mucho pundonor y si he de agradecerle a alguien un poco de interés en dicha corrida es precisamente a él, ya que hizo hasta lo imposible por sacarle pases a un pésimo toro. José Tomás, quien desde su regreso del semi retiro ha sido protagonista de grandes tardes en España. Fernando Ochoa, un torero que tiene arte y valor, y Omar Villaseñor, quien el año pasado cortó tres orejas en la temporada.

Esos elementos se conjuntaban para suponer una gran tarde, pero no. La ineptitud del juez de plaza (lo siento Javier, pero si ya sabes cómo se consideran toristas en Guadalajara, no se debieron de haber aceptado esos toros feos y chicos), aunada con la presencia en el ruedo de reventadores, porque eso eran los aficionados de Sol que todo el tiempo que Tomás estuvo sobre el ruedo se la pasaron insultando al español, diciéndole figurín, novillero y otras lindezas.

El colmo de estos reventadores era que le gritaban Ponce, en su segundo toro, esto debido a la polémica en la que Tomás entró hace poco tiempo con el diestro valenciano. Quisiera recordarles a esos seudoaficionados (que se escudan en que van a todas las corridas de la temporada) que Ponce ya no viene a Guadalajara porque esos mismos reventadores, que ahora lo piden, le gritan que se acerque más, que no toree con la punta, etc.

Mi pregunta es: ¿Guadalajara es una plaza de renombre que se puede dar el lujo de "reventar" a los toreros extranjeros que vengan? ¿Saben acaso estos "súper" aficionados que lo que pasa en Guadalajara no es tomado en cuenta en los medios extranjeros de renombre? Por mí si quieren seguir siendo parte fija del mobiliario de la Nuevo Progreso, adelante, pero no deben de quejarse cuando llegue el momento en que nadie vaya a la plaza, o a lo mejor eso es lo que quieren, ser parte de una extraña sociedad secreta en la que le permitan emborracharse tranquilamente sin ser molestados (porque yo vi cómo estos aficionados se pasaron toda la tarde tomando en su copa de cuerno).

Lo que vi el domingo pasado me causó asco. Ellos hablan de exigir, pero la exigencia se puede mostrar de diferentes formas, sin insultos, como por ejemplo dando la espalda a lo que se ve en el ruedo. Porque ver los toros desde la barrera es muy fácil, lidiarlos es más difícil, y lo que demostraron con sus gritos es que no se respetó el trabjo de quienes se jugaron la vida en la arena.

La verdad, lo del domingo me dejó muy dolido hacia la fiesta brava, y me hará pensar más en las corridas a las que buscaré ir, porque, una mala tarde la puede tener cualquier torero (he visto varias), pero espectáculos como los del 18 de noviembre, nunca en mi vida.

1 comentario:

Ana Mota dijo...

No seas tan pesimista, no hay mal que por bien no venga, a lo mejor te salvó de otro tipo de sufrimiento....

https://enguadalajaraes.blogspot.com/2020/01/un-desvelo-musical-para-chavos-4-m.html