Pues así es. Llegó Nurburgring, el Gran Premio de Europa, y entre accidentes, que parece ser se deben a una tuerca mla puesta y a la lluvia, El Nano (Fernando Alonso pa' lo compas) volvió a subir a lo más alto del podio en la Fórmula Uno.
Ya era hora para que Alonso y todos sus fans festejaran un triunfo, algo que no se vio desde el Gran Premio de Mónaco, cuando Hamilton salió con su ocurrencia de que él no era el primer piloto de la escudería y bla, bla, bla, lo que generó una polémica con la prensa británica y una investigación sobre una supuesta orden de equipo que se confirmó que no era tal, pero que provocó un cambio de actitud en McLaren (especialmente en las estrategias) que para muchos (me incluyo yo) favorecía a Hamilton, en detrimento del asturiano.
En medio de eso vino un viacrucis para Alonso que incluyó un séptimo lugar en Canadá, después de que lo penalizaron por haber entrado a pits cuando no se debía; un segundo lugar detrás de Hamilton en Indianápolis, con su respectiva carga polémica por unas declaraciones hechas acerca de no sentirse cómodo en McLaren; otro séptimo lugar en Magny Cours, después de salir del lugar 10, por un problema en los cambios, y otro segundo lugar, ahora en Silverstone, adelante de Lewis Hamilton y atrás de Kimi Raikonnen.
Hay que recordar que en medio de ese viacrucis Hamilton se erigió como el novato sensación (no dudo que sea un buen piloto, pero hay que analizar muchos factores, como escudería, apoyo mediático, etc.) y explotó la Hamiltonmanía, que vino a explotar en el supuesto pináculo de la temporada debut del piloto inglés: Silverstone, donde los nervios provocaron un error, de novato, en los pits.
Después de esos problemas, podemos decir, y Alonso lo consideraba así en entrevistas, que la fortuna le sonrió a él y se le volteó a Hamilton, quien después de su error en los pits de Silverstone se ha visto afectado y así, de la ventaja de 14 puntos con la que llegó a Silverstone, ya sólo tiene dos puntos.
El campeonato no se ha acabado, pero por lo menos Fernando Alonso, bicampeón del mundo de F1, ya puede decir que sigue luchando por el tricampeonato, sobre todo si tiene días como hoy, en Nurburgring, donde la fortuna le sonrió.
Ahora bien, no podemos cantar victoria aún, ya que el miércoles se determinará lo del supuesto espionaje de McLaren a Ferrari, en el que si la escudería británica sale culpable podemos decir adiós tanto al tricampeonato de Alonso, como al campeonato de Hamilton.
Sólo nos queda esperar que la fortuna, que en esta ocasión le sonrió a Alonso, siga con él y todo sea una mera anécdota.
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