domingo, 29 de julio de 2007

Reconectándome


Pues ya estoy de regreso. Después de seis días de literalmente echar la flojera, acompañado del rumor de las olas, el picor de la arena, y el ardor del sol, ya estoy de vuelta en mi sacrosanto recinto de trabajo, ¿y qué me encuentro?

Para empezar, un clima digno del Londres más victoriano que uno se puede imaginar. Nubes más negras que la conciencia de un político, lluvias que no dejan a uno salir al pan, y una cantidad enooooooorme de noticias que la verdad no tuve ni tiempo de ojear.

Cuando me fui dejé a McLaren con el temor de perder todos sus puntos debido al escándalo del supuesto espionaje a Ferrari, a México ubicado en el séptimo lugar del medallero de los Panamericanos con 6 medallas de oro, al Madrid iniciando su pretemporada en Austria, esperando quedarse con José Antonio Reyes y buscando a Drenthe y Robben, a Rasmussen liderando el Tour de Francia, con Vinokourov, si no como favorito, sí luchando por un buen lugar.
Pues bien, ¿qué me encuentro?
McLaren es perdonado, México sube al quinto lugar del medallero, el Madrid gana su primer partido de pretemporada, 2-0, y deja ir a Reyes al Atlético de Madrid, mientras que a Drenthe y Robben los puede presentar la próxima semana, a Rasmussen lo despojan del liderato por su negativa a hacerse controles antidopaje y a Vinokourov le dan gas por supuesta transfusión sanguínea, etc.
Otra novedad, esa sí, muy triste, fue la muerte de Mirsha Serrano, en un accidente automotriz cerca de su tierra.
Pero bueno, la vida sigue. Mientras todo eso sucedía en el mundo en el que generalmente me desenvuelvo, en ese estado de desconexión descubrí varias cosas.
- Aguanto más el ardor en la espalda que la comezón.
- Ese ardor es inversamente proporcional a la alegría de Zara cuando la levanto como caballito.
- Que a mi edad, 32 años, es más fácil quedarme dormido cuatro horas por la tarde después de tres días de desveladas, que hace cuatro o cinco años.
- Que las discotecas de los all inclusive son sólo para los "grajitos" que no pueden irse a las discos grandes de Vallarta y los adultos que sólo quieren pasar el rato e irse a dormir a las 2 de la mañana.
- Que la próxima vez que vaya a la playa tendré que comprarme una dotación de por lo menos dos playeras de surfo para poder meterme al mar y evitar lo del primer punto de esta lista.
- Que la cantidad de huevos que puede poner una tortuga en la cancha de voleibol de playa de un complejo turístico, observada por cerca de 20 curiosos, es de 95, operación que tardó casi una hora y en la que estuvimos presentes en la labor de parto. Por cierto, la policía se llevó los huevos al campamento de tortuga ubicado a 500 metros del hotel y la cancha de voleibol de playa siguió ejerciendo su función sin riesgo a un omelette.
- Que cada vez se me hacen más aburridas las actividades propuestas por los equipos de animación y que sólo me interesan aquellas que no he hecho anteriormente, como clínica de buceo o tiro con rifle.
- Que los niños que crecimos en los 80s éramos más resistentes a los viajes por carretera a los de ahora, ya que en esa época no había ni dvd's portátiles ni juegos de video en los que pudieras poner las películas favoritas de los infantes. Es más, era un logro que nos compraran las historietas de Parchís, Riqui Ricón, El Pato Lucas y Sal y Pimienta para pasar el amargo trance de aguantar seis horas en un auto, tratando de rebasar a un trailer que no tiene el gesto amable de abrirse para que lo puedas rebasar.
- Que si vas a visitar una playa con all inclusive y una playa sin all inclusive, primero debes ir a la que no tiene todo incluido, para que no regreses tan fuerte a la realidad.
En fin, la reconección ha sido dura, si no pregúntenle a mi inbox, pero el hecho de estar de regreso es una bendición tal que vale muchisimo.

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