Secuelas de un choque

Mañana se cumplen cuatro semanas del choque que nos tiene por el momento sin camioneta, dependiendo del Chevy y del transporte público y del cual ya no quiero ni acordarme, pero eso es imposible, porque aún hay secuelas.

Así es, como recordarán hace un tiempo comenté que tenía collarín. Pues bien, ya fui dado de alta, todo muy bien, pero esta semana, en la que busqué regresar a mi ritmo de ejercicios diarios (andar en bicicleta hasta La Primavera y demás), me di cuenta de que mi condición física se fue por la borda gracias a la distracción de Kenneth Peter Gutiérrez.

No se rían, así se llama el responsable del choque, el cual, como buen ciudadano mexicano se pasó, a bordo de una Nissan Chasis 94, propiedad de la empresa en la que dijo trabajar, sin licencia, ni seguro, un alto, ocasionando el accidente por el cual la camioneta está en el corralón y transito no ha querido liberar, porque el tal Kenneth Peter no tiene dinero para pagar lo que ocasionó.

Debido a eso tuvimos que turnar todo a las autoridades competentes, lo que ha significado una soberana pérdida de tiempo, con visitas a Vialidad, la Procu y buscando las facturas y demás para acreditarnos la titularidad de dicho auto.

En fin, mientras se arregla este asunto estoy regresando a la búsqueda de la condición perdida, pero la verdad es frustrante ver cómo uno ha retrocedido en algo que le costó tiempo y esfuerzo. Por lo pronto trataré de recuperar mi condición física lo más rápido posible.

P. D. Si alguien que les pega y les dice que no tiene seguro, y ustedes sí lo tienen, mejor díganle al fulano que se pele, se ahorran tiempo, dinero y esfuerzo, aunque eso sí, tendrán que pagar el deducible de su seguro, aunque es lo menos, tomando en cuenta toda la bola de trámites burocráticos que se tienen que hacer para liberar los autos del corralón.