lunes, 20 de agosto de 2007

Quisiera ser Marcelo Ebrard



De un tiempo para aca, en mi afán por dejar de ser un sendentario, he empezado a practicar el loable deporte de andar en bicicleta.

Quiero aclarar que no tengo un velocípedo de marca reconocida internacional, mi técnica no es la mejor, pero poco a poco he ido agarrando condición, e incluso he hecho algunos de los recorridos hacia La Primavera, mismos que los expertos lo toman como pan comido.

Desde que reinicié en este deporte, he ido invirtiendo poco a poco mi dinero en su práctica. Así, le puse llantas nuevas, ajusté los cambios de velocidades, adquirí mi casco (debido a que tuve una caída, y aunque no fue de consecuencia, sí me sirvió de aviso para proteger mi cabeza contra otro posible, y que afortunadamente no ha llegado, caída), además de que le compré un asiento nuevo, más cómodo a la bicicleta.

Todo esto para hacer más placentero mi recorrido sobre este artefacto que permite que uno llegue, sin tanto cansancio, a distancias mayores que las que puede alcanzar sólo a pie.

Así pues, envuelto en la fiebre ciclista que me ha invadido, decidí explorar una nueva ruta, en caso de que yo, con afán de hacer más ejercicio, quisiera ir al gimnasio del ITESO.

Desde el fin de semana empecé a buscar opciones para ir a la que fue mi Alma Mater. El hecho de vivir a menos de 15 minutos en auto me sirvió para seguir adelante con el plan, pero al ir examinando la ruta más corta me di cuenta de una cosa, es un suicidio.

Así es, el Periférico, de Mariano Otero al ITESO es algo que uno no debe tomar a la ligera, especialmente en bicicleta, ya que no hay acotamientos en los que uno se pueda orillar y encontramos a los infaltables traileros, minibuseros y cafres más que uno se encuentra. Así que esa opción fue descartada.

La siguiente opción, y en el papel más acertada fue la opción larga. es decir, rodear para llegar a mi destino. El rodeo significó salir de la casa hacia Bugambilias, por Santa Ana Tepetitlán. Parte de ese camino lo recorro diario, así que ya lo tengo conocido, y como está empedrado, los camioneros no pueden andar a alta velocidad y uno ya saca su ruta y sabe qué esquivar y cómo.

Pues bien, con mi casco, con el que parezco una casa de Pitufos emprendí mi viaje. De a casa hasta la glorieta de Bugambilias, todo fue miel sobre hojuelas. A partir de llegar a la calle principal de este fraccionamiento y salir hacia prolongación López Mateos empezó el martirio.

Se supone que cuando uno anda en bicicleta se tiene que pegar al lado derecho de la calle, lo más cerca que se pueda de la banqueta. Así lo hice, no'mbre, es espantoso, entre los carros estacionados y las paradas del camión, uno no sabe ni qué onda. Lo peor, al acercarse a las paradas, sólo siente el airecito de los minibuses que se lanzan por pasaje, y qué se hace, se tiene que frenar.

En ese momento dije, ok, me estoy arriesgando mucho, me subo a la banqueta. ¿Qué creen? Salió peor. En serio, las banquetas destrozadas, con escalones, carros estacionados. Ese tramo lo tuve que hacer a pie.

Según yo, mi salvación vendría en lo que quedaba del Periférico al ITESO, ya que ahí hay un acotamiento pegado a la derecha. Y sí, hubo un momento en que me sentí a salvo, pero al llegar a la universidad, fue lo peor. Un camión, sin nada de respeto, se metió en el acotamiento donde yo venía, rebasando por el lado derecho y así, en forma arbitrari casi me saca de donde yo venía. no puede ser.

En ese momento me di cuenta de lo dificil que es andar en bicicleta por las ciudades de México. Aunque bueno, no para todos. Para Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal es muy sencillo.

Si mal no recuerdan, el Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, en un intento, populista, de abatir los índices de contaminación de su ciudad decidió ir por lo menos un lunes de cada mes desde su casa al trabajo en bicicleta.

Es loable su intención, pero me gustaría que lo hiciera como nosotros, los ciclistas recreativos, o los que usan la bicicleta como medio de transporte, es decir, solo, no con su séquito que comprende secretarios de estado, guaruras, lamebotas y policías. Así hasta yo me lanzo a la china en bicicleta.

Y digo, cuando yo me regresaba tuve una bronca con la cadena, misma que tuve que arreglar, en caliente, sobre la banqueta. Les aseguro que el señor Ebrard no se mancha sus manitas, acostumbradas a mancharse cobrando sus cheques, a cambiar una cadena, por el contrario, uno de los lamebotas en turno le da su bicicleta y asunto arreglado.

El asunto principal de este mensaje es denunciar el hecho de que Guadalajara, una ciudad que en cuatro años va a organizar los Panamericanos no cuente con infraestructura necesaria para fomentar la movilidad en bicicletas, algo que en Europa y otros países como Brasil y Argentina sí se tienen.

Espero que no piensen nuestro osados gobernantes que la Vía Recreactiva es suficiente, ya que es algo bueno, pero sólo se da una vez a la semana.

Por lo pronto aprendí la lección, si quiero ir al ITESO tendré que rodear para no encontrarme con el periférico, y tendré que usar las banquetas (las pocas que sí son útiles para vehículos de ruedas) para llegar a mi destino.

eso sí, en el ciclismo de ciudad no aplica esa ley de que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta, ya que en este caso es la distancia más corta hasta el hospital.

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